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¡Viva Monchy! ¡Viva, Juan Bosch!: Crónica de una candidatura por orden del jefe


SANTIAGO DE LOS CABALLEROS, República Dominicana.- “Estoy aquí cumpliendo un mandato del compañero presidente de la República, Danilo Medina”, dijo Euclides Gutiérrez Félix, mientras entre murmuraciones se manifestaba el pataleo de los descontentos con la decisión política que entrega la candidatura a la alcaldía de Santiago al administrador de los Comedores Económicos del Estado, Ramón (Monchy) Rodríguez.

Aunque la dirigencia máxima del PLD en Santiago ha insistido en promover la unidad de la organización gobernante, los activistas a favor de las precandidaturas de Ramón Rodríguez (Monchy) y Fernando Rosa, “se tiraron las cajas los cajones”, en el acto donde se proclamó al primero candidato a alcalde sin someterse a unas elecciones primarias para que las bases eligieran libremente.

Aunque era sabido que Fernando Rosa anunciaría el retiro de sus aspiraciones de manera “voluntaria”, esta realidad golpeó a un grupo de sus seguidores que llamó a sus demás compañeros de causa a abandonar el salón Maguá del Hotel Gran Almirante cuando Fernando Rosa anunció que no iba, y se le dio la palabra a un orondo Monchy Rodríguez, que no escondía el disfrute por verse convertido en candidato.

El doctor Euclides Gutiérrez Felix

Los más furibundos opositores a Monchy Rodríguez calificaron por lo bajo de “descarado” a Fernando Rosa, por la decisión de abandonar la lucha por la Alcaldía, sin hacer ninguna oposición ni resistencia. Otros gritaron repetidos “buuu” al poderoso administrador de los Comedores del Estado cuando escucharon su nombre para la proclamación.

“Monchy es el único que puede ganar”, expresaban algunos peledeístas. Otros, partidarios de Fernando Rosa, no ocultaban su rechazo al astuto Monchy Rodríguez, de quien murmuraban: “Ese es muy malo”.

Fernando Rosa, como quien ríe por no llorar, dijo que se apartaría para dejar libre el espacio electoral del PLD. Pero nunca pronunció el nombre de Monchy Rodríguez, como si se tratara de una palabra prohibida. Queriendo ser convincente y fiel a su condición de dirigente del PLD, expresó: “Voy trabajar por el partido”.

Aunque en todo momento se arengó a los presentes sobre la unidad del PLD, cada grupo parecía asistir a su propio acto. Cada uno llevó su propio maestro de ceremonias. El locutor Alberto José presentó a Fernando Rosa, y una vez que éste habló, dio por cerrado el acto con las palabras de Euclides Gutiérrez Félix.


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