La payola y los temas repelentes en la radio
Se tiene la falsa creencia de que la promoción llamada payola en la radio solo afecta a los artistas y disqueros que la pagan. Si un artista no pega se acusa a la payola... Y tradicionalmente se ha denunciado como una practica muy perjudicial para los artistas, aunque muchos se benefician de ella como mecanismo de promoción. Lo que nadie repara es que la payola también daña las emisoras de radio, debido a que como resultado de la inclusión de temas musicales no adecuados, se generan actitudes de rechazo por parte de los oyentes, que se traduce en el cambio de sintonía de la estación. Sobre todo aquí que hay tantas estaciones de radio ofertando lo mismo. El éxito en la programación de una emisora musical depende de la cantidad de oyentes que pueda cautivar. Por ello hay que saber cómo balancear la música, de manera que un tema musical que está sonando pueda enlazar de con el siguiente, y no rompa la cadena ni la secuencia que reclama la audiencia.
Cuando se escucha la radio y le le ponen un tema "que no está", que no le gusta al gran conglomerado de oyentes, la tocada del mismo se traduce en un cambio de emisora. Y un buen programador musical debe tener entre sus misiones el evitar que la gente le cambie la emisora. Lo que sucede es que ellos mismos con la pauta payoleada son los que provocan esa reacción de la gente. Son los responsables de que tantas estaciones de radio estén en la cola, pese a que sus dueños han hecho en la misma grandes inversiones económicas en su planta física y pesonal. Invierten un dineral en una estación de radio, para que un programador o director sin criterio "se busque unos cuartos" mensualmente con la payola, sin parar mientes en el daño que se le hace a la empresa. Mantener una emisora, como dicen no es "paja de coco" para tenerla en manos de alguien sin criterio que solo busca en la misma ventajas económicas. Un programador musical tiene que tener a más de criterio, sentido común, y saber cuándo un tema no rompe con el estilo y el target de una estación de radio musical. tan sencillo como eso. Es igual que los DJs de discotecas, que deben saber cómo mantener a la gente en la pista bailando, y en que momento dejar que se sienten a descansar. Y eso lo consigue con la música y la secuencia que ofrezca de la misma. El problema está en que los disc-jockeys han entrado en el juego de la promoción musical, y ya es usual que se usen las rutinas musicales para promover discos nuevos, que la gente desconoce, y que inducen a una sentada obligatoria cuando están bailando. Los DJs aguzados saben cuándo un tema musical le gusta a la gente, pues sólo hay que observar si hasta mueven un pie siguiendo el ritmo cuando están sentados. Y es que la música se rige por códigos indescifrables y secretos para el común de la gente que se deja atrapar por su influencia, pero que son del dominio de los hacedores musicales especialistas en el control y manipulación de las audiencias. Ese no es un oficio ni un trabajo "a lo loco", de eso hay que saber y conocer para establecer directrices. No en vano en muchos establecimientos de diversión hay un tema, para cuando van a cerrar, y quieren "botar a a la gente". Temas musicales repelentes, "fofos", "acaba fiestas", que cuando los ponen solo falta encender las luces para saber que llegó la hora de marcharse. De igual modo hay temas musicales repelentes en la radio, que tumban la programación y la emisora, por más payola que paguen.