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Arzobispo Santo Domingo ve grave situación de la justicia dominicana


SANTO DOMINGO.- El arzobispo de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria, calificó como “grave” la situación de la justicia dominicana, tras considerar que el poder judicial se doblega ante el poder político, lo que se evidencia en la venta de sentencias y en muchos casos que no son resueltos.

“Lo vemos con mucha preocupación. El Poder Judicial se doblega ante un poder político, ante los partidos, eso es grave y nos preocupa mucho”, deploró.

Esta es una de las razones principales, según expuso, que motivan desconfianza y dudas en el sistema, que “hace tiempo que venimos viviendo esa realidad de no creencia en la justicia porque fácilmente se vende y no hay una verdadera justicia imparcial que favorezca la verdad”.

El arzobispo metropolitano se expresó en esos términos durante el Desayuno del Listín Diario, en el que estuvo acompañado del vicario general del arzobispado, Abraham Apolinario, y de monseñor Ramón Benito Ángeles, director de Comunicaciones. Abogó porque el gobierno se empodere y procure cambios significativos.

“Ojalá tuviéramos el valor de corregir eso, de que haya una voluntad política decidida a corregir esto porque va en detrimento del país, de toda las estructuras del país y del gobierno”, puntualizó.Recientemente las autoridades del Poder Judicial acordaron mediante la Cumbre Nacional Judicial, establecer una mayor rigurosidad en el sistema de vigilancia del comportamiento ético de los jueces y servidores judiciales, frente al descrédito que daña su imagen.

Inseguridad y pobreza

Dos de los temas importantes a los que se refirió monseñor Ozoria fue a la inseguridad y a la pobreza, males que afectan la sociedad y que a diario se pueden sentir en las calles del país.

“Hay un mal que es la pobreza en nuestros barrios. La gente no tiene los medios necesarios para vivir como personas, para vivir con dignidad, ese es el problema”, manifestó.

Esto se refleja también en la carencia de servicios básicos como el agua, la electricidad, la salud y las calles, lo que se convierte “en un común denominador en todas partes”. Sin embargo, un factor positivo que se puede extraer de esta situación, según comentó, es la solidaridad y generosidad que se cultivan para ayudar a las personas en pobreza extrema.

Monseñor Ozoria también denunció la inseguridad a la que están sometidos los ciudadanos, no solo en los barrios sino también en las urbanizaciones y residenciales, lo que ha incidido en la participación de las personas en la vida eclesial, quienes temen asistir al templo en las noches porque están expuestas a atracos y asaltos.

(Reproducido del LISTIN DIARIO)


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